Columna de Opinión: Emanuel Jiménez.
Hoy se detuvo a seis alcaldes, cuatro de ellos del Partido Liberación Nacional, debido a supuestos actos de corrupción en la gestión de obra pública en el llamado “Caso Diamante”.
Pero bueno, el llamado «Caso Diamante» únicamente viene a evidencia aún más la red de corrupción y de enriquecimiento ilícito que algunas municipalidades del país han venido promoviendo a través del tráfico de influencias y favores políticos.
Costa Rica ha visto como el Poder Ejecutivo se ha visto penetrado por actos de irregularidades e inconstitucionalidades. De la misma manera el Poder Legislativo y Judicial han sido perpetuados por intereses políticos, burócratas y propios. Y bueno, ahora vemos como la permanecía municipal ha corrompido, o mejor dicho, ha terminado de corromper a algunos funcionarios públicos.
Lo menos que podemos esperar de los involucrados de manera directa en el llamado «Caso Diamante», es la renuncia de manera inmediata. O bien, que los Regidores de esas municipalidades presenten una moción de conformidad al Artículo 19 del código municipal.
La corrupción es el mayor fragelo que un país puede tener, máxime hablando de un país en vías de desarrollo como lo es Costa Rica. La corrupción nos condena en todo aspecto, partiendo de la credibilidad institucional y democrática, hasta el estancamiento productivo, económico, social e Infraestructural. Costa Rica no puede seguir sosteniendo un sistema judicial débil e incompetente al aplicar la ley como se debe de aplicar. Sin duda Costa Rica necesita de manera inmediata mayor agilidad en la aplicación de la justicia.
¡Funcionarios públicos, servir y no servirse!
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