• Este 9 de mayo se conmemoró el Día de la Victoria en Rusia, con un desfile militar reducido, tras el conflicto en Ucrania
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El desfile militar por el Día de la Victoria en Rusia, una ceremonia que suele ensalzar el poder bélico del Kremlin, se notó muy deslucido este martes, con unas conmemoraciones opacadas por los fracasos militares en el terreno ucraniano, mientras Kiev asegura que está preparando una gran contraofensiva.
La escasa exhibición en el desfile del Día de la Victoria en Rusia se suma a los indicios de que la guerra de Ucrania está pasando factura a Rusia. Los analistas militares afirman que el ejército ruso ha tenido problemas con el suministro de municiones, la moral de las tropas y la falta de liderazgo y organización. El conflicto se convirtió en gran medida en una guerra de desgaste durante el invierno, después de que la invasión a gran escala de su vecino por parte de Rusia en febrero de 2022 se quedara corta.
Sólo unos 8.000 soldados marcharon en la Plaza Roja este año, el número más bajo desde 2008. Incluso el desfile de 2020, el año de la pandemia de COVID-19, contó con unos 13.000 soldados, y el año pasado participaron 11.000 soldados.
A diferencia de años anteriores, no hubo sobrevuelo de aviones militares, y en el desfile se exhibió menos equipo. El acto, excepcionalmente, duró menos de una hora. El contraste es notorio cuando la victoria de 1945 ocupa un lugar central en el nacionalismo impulsado por Putin.
En total, según el Ministerio de Defensa, por el empedrado de la Plaza Roja tenían programado desfilar más de 10.000 soldados y 125 tipos de equipos militares, pero la mayoría eran blindados. Solo estaban anunciados algunos tanques (modelos T-90, T-72 y T-14), además de piezas de artillería, baterías antiaéreas y misiles de crucero.
La lista de invitados a la Plaza Roja también era escasa, en medio del amplio aislamiento diplomático de Putin por la guerra. Inicialmente, sólo se esperaba que un líder extranjero asistiera al desfile de este año: el Presidente de Kirguistán, Sadyr Zhaparov. Se trataba de un invitado extranjero más que el año pasado, cuando no acudió ningún dirigente. En el último momento, el lunes, las autoridades anunciaron que los líderes de Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán se dirigían también a Moscú.
La semana pasada, Rusia se alarmó por dos drones ucranianos que, en turbias circunstancias, volaron al parecer hasta el corazón de Moscú al amparo de la oscuridad y llegaron hasta el Kremlin antes de ser derribados. Otros drones supuestamente disparados por Ucrania también han alcanzado depósitos de petróleo rusos cerca de la frontera.
Las procesiones del Regimiento Inmortal, en las que multitudes salen a la calle sosteniendo retratos de familiares que murieron o sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, también han sido canceladas en múltiples ciudades. Algunos especularon con que el motivo no era la seguridad, sino el hecho de que los rusos pudieran llevar a esas procesiones retratos de familiares fallecidos en Ucrania, lo que ilustraría la magnitud de las pérdidas sufridas por Rusia en el prolongado conflicto.
Según medios occidentales, estos son indicios de una reducción en la exhibición militar y las cancelaciones de eventos relacionados con el Día de la Victoria reflejan la situación complicada que enfrenta Rusia en medio de la guerra en Ucrania. Los problemas logísticos, la falta de aviones y tanques en el desfile, así como el aislamiento diplomático de Putin, son señales de que la situación militar y política actual está afectando la imagen de poderío que Rusia ha intentado proyectar en años anteriores.
En los últimos meses, la guerra en Ucrania ha demostrado ser un desafío para Rusia, con problemas de suministro y moral dentro de sus fuerzas armadas. Los ataques a instalaciones energéticas, los sabotajes y los incidentes de drones muestran que el conflicto se ha intensificado y que Ucrania está buscando formas de contraatacar.
Esta incertidumbre y los desafíos que enfrenta Rusia plantean interrogantes sobre el futuro del conflicto y las estrategias que Putin seguirá para mantener su posición en la región.